Desde que preparé la quiché de setas y queso feta que publiqué hace unas semanas, me he aficionado a ellas.
Y es que dan tanto juego, se pueden preparar de un montón de
combinaciones, están ricas tanto frías como calientes, sirven para el tupper del
trabajo o la universidad, o para ir a hacer un picnic al campo.
Tenía desde hace
tiempo una morcilla en el congelador que me trajeron mis padres cuando
estuvieron pasando un fin de semana en Burgos, normalmente hago un revuelto de
morcilla, huevos y piñones, pero esta vez decidí preparar una quiché con ella.
El sábado, aprovechando que hacía un espectacular día de otoño, nos
fuimos a pasar el día a El Castañar, en El Tiemblo. Si no has estado te lo
recomiendo, ahora en otoño está precioso con todos esos colores y el suelo es
una alfombra de hojas de cuento.
Eso sí, cada dos por tres caían castañas de los árboles, ¡así que
si tienes mala suerte te puede caer una castaña en la cabeza! Es un lugar
perfecto para los niños, hay varios castaños huecos en los que se pueden meter
y además pueden entretenerse cogiendo castañas.
Hay una ruta circular de 4 kms muy agradable para pasear, lo único
es que nosotros íbamos con un carrito de bebé y algunos tramos se hicieron un
poco complicados, así que te recomiendo que si vas con un bebé lo lleves en
mochila.
Total, que todo este rollo para decir que nos llevamos la quiché
al campo y nos la comimos en el césped al solecito.
El queso de cabra
le va genial a la morcilla, otra forma en que puedes usar esta combinación es en
forma de empanadillas, quedan muy ricas.
Además tenía un
poco de crême fraîche que me sobró de la receta de los muffins de chocolate que
hice el lunes, así que se la puse también.
No caí en añadirle
piñones, pero si te gustan quedarán genial en la quiché.
- 1 lámina de masa
brisa
- 4 huevos L
- 200 ml de nata
para cocinar
- 80 ml de crême
fraîche (opcional)
- una morcilla de
Burgos
- un rulo de queso
de cabra
- un pellizco de
nuez moscada
Preparación:
Pon el horno a
180ºC. Mientras se calienta, corta un círculo de papel de hornear del tamaño de
tu molde para que no se pegue la masa a la base. Una forma fácil de hacer esto
es poniendo el molde encima del papel de hornear y recorriendo el contorno de
la base con un cutter. Lo colocas en el molde, pones la masa y la pinchas con
un tenedor para que no suba al hornearla.
Primero hay que
hacer un horneado en blanco de la masa, para esto coge unos garbanzos o
cualquier otra legumbre que tengas a mano, y ponlos encima de la masa, yo los
tengo guardados en un bote aparte para cuando hago quichés. Hornea la base
durante 20 minutos.
Mientras se
hornea, aprovecha para preparar el relleno. Quita la piel de la morcilla y, en
una sartén caliente y con un poquito de aceite, saltéala hasta que se deshaga y
quede bien hecha. Cuando esté lista, aparta la sartén del fuego y
reserva.
En un bol, bate
los 4 huevos, añade a continuación la nata y la crême fraîche si la vas a
utilizar, y mezcla bien. Añade también la nuez moscada.
Corta el queso de
cabra en rodajas, reserva unas 5 para decorar, y el resto desmenúzalas y
échalas en la mezcla de huevo.
Añade la morcilla,
mézclalo todo bien y vierte la mezcla en el molde. Pon las rodajas de queso que
habías reservado encima y mételo al horno durante 30 minutos a 200ºC.
La puedes comer al
momento o conservar hasta 3 días en el frigorífico. Luego si la quieres tomar
calentita le das un golpe de horno y lista, también puedes calentarla en el
micro pero la masa se ablandará.
Y tú, ¿de qué preparas las quichés en casa?
Ya te dije que me habías robado el corazón con esta receta, jejeje. Me gusta tanto el relleno como las quiches y me parecen un plato apañadísimo.
ResponderEliminarSí que es apañado, lo malo es lo que engorda! Jeje. Gracias por comentar ;)
EliminarHola Eva, te leo y me quedo por aquí. Me gusta la receta y como bien dice Alicia... A mí me esta receta me ha robado el corazón ;)
ResponderEliminarHola Salma! La verdad es que está muy rica, a mí la morcilla me vuelve loca! Gracias por pasarte y dejar un comentario
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