Y es que dan tanto juego, se pueden preparar de un montón de
combinaciones, están ricas tanto frías como calientes, sirven para el tupper del
trabajo o la universidad, o para ir a hacer un picnic al campo.
Tenía desde hace
tiempo una morcilla en el congelador que me trajeron mis padres cuando
estuvieron pasando un fin de semana en Burgos, normalmente hago un revuelto de
morcilla, huevos y piñones, pero esta vez decidí preparar una quiché con ella.
El sábado, aprovechando que hacía un espectacular día de otoño, nos
fuimos a pasar el día a El Castañar, en El Tiemblo. Si no has estado te lo
recomiendo, ahora en otoño está precioso con todos esos colores y el suelo es
una alfombra de hojas de cuento.
Eso sí, cada dos por tres caían castañas de los árboles, ¡así que
si tienes mala suerte te puede caer una castaña en la cabeza! Es un lugar
perfecto para los niños, hay varios castaños huecos en los que se pueden meter
y además pueden entretenerse cogiendo castañas.
Hay una ruta circular de 4 kms muy agradable para pasear, lo único
es que nosotros íbamos con un carrito de bebé y algunos tramos se hicieron un
poco complicados, así que te recomiendo que si vas con un bebé lo lleves en
mochila.
Total, que todo este rollo para decir que nos llevamos la quiché
al campo y nos la comimos en el césped al solecito.
El queso de cabra
le va genial a la morcilla, otra forma en que puedes usar esta combinación es en
forma de empanadillas, quedan muy ricas.
Además tenía un
poco de crême fraîche que me sobró de la receta de los muffins de chocolate que
hice el lunes, así que se la puse también.
No caí en añadirle
piñones, pero si te gustan quedarán genial en la quiché.
Y sin más, aquí
tienes la receta de la quiché de morcilla y queso de cabra.